Nameless

Esta historia parece tener ramificaciones infinitas

6.11.2009

Eutanasia




Hoy mi casa me ha hablado. Llorando me dijo que quiere morir, que no soporta esta terrible vida. La he oído a través de los fríos muros de concreto, susurrando palabras anémicas, tiritando. Intenté consolarla, le dije que no se preocupara, que todo iba a estar bien. No entendió. Su idioma no es humano, pero tampoco de ceros y unos como se podría pensar. Siempre tan callada y solitaria... debimos suponer que ocurriría algún día. Orobia, con su sobre exagerada kinésica, me sugirió matarla en secreto. Nunca pensé que me vería involucrado en un caso de eutanasia.