Nameless

Hace un par de años escribí (o más bien, recorté, pegué y escupí descarádamente)
una historia llamada Los Arconautas. En realidad, ni siquiera era una idea
propiamente mía, la idea nació luego de varias conversaciones con mi amigo
el buen López sobre como adaptar las vidas de nuestros aburridos compañeros
en un universo que mezclara piratas, nazis, travestis, y religión. Sin embargo,
en una irresponsabilidad, mucho de lo que en un momento habíamos conversado
se perdió y terminé haciendo el pastiché que mandaba todas las semanas a mis
amigos promocionándolo como "la serie que hay que leer"

Ahora que lo vuelvo a leer, lo encuentro bastaaante raro, no había una narración
en sí, era más bien una reseña de algo que supuestamente vi en televisión; y,
por si fuera poco, empezaba desde el capítulo 11 de la tercera temporada, asumiendo
que todo el mundo conocía lo ocurrido en episodios anteriores. Creo que está
demás decir que no me siento para nada orgulloso de esto, es más, me disponía
a destruirlo cuando se me ocurrió subir un pequeño extracto acá.

La historia básicamente trataba sobre un grupo de mercenarios que mientras
viajaban, sufren un accidente, y su nave [el Arcos] se estrella en un colegio
municipal habitado por sobrevivientes de otro accidente aéreo y "Otros"

NOTA: cualquier parecido con cierta serie gringa y/o un blog español
es mera coincidencia.


LOS ARCONAUTAS. 3x11 Fiesta de Caza

Los Arconautas parece que vuelve a encontrarse a sí mismo y nos da todos los
ingredientes que le pedimos…, acción, misterio y sobre todo, aquello que es más
importante, el ingrediente desconocido que nos tiene enganchado a todos.

Byron está nervioso, nerviosísimo. En el capítulo anterior veíamos como Barney
le entrenaba con armas de fuego y el fin estaba claro: ir a por Donoso (que fue raptado)
al precio que fuera. Deja K.O. a Barney en la pérgola y a Rubio le amenaza con un rifle.
No aguanta más.

Lo fabuloso del capítulo reside en el viaje a lo más oscuro del patio por parte de
los indiscutibles protagonistas de la serie: Rubio, Barney y López. Armados hasta
los dientes buscan cualquier resto que les lleve a Byron, pero cuando menos lo
esperan y discuten entre ellos una voz les hace callar: el lamentable personaje
barbudo que en su día disparó a Lopez en el gimnasio. Éste no duda en ponerle
un apodo: “Palote”

Éste adopta la actitud de perdonarle la vida a nuestros hombres. “Viven en
este liceo por que nosotros los dejamos”. ¿Pero qué se han creído?. Eso seguramente
se preguntaba Rubio, que no se corta un pelo y le replica que no se cree eso, que él
tiene un amiguito en la isla y un espía (Manzano), y que se cree que con eso va a
acobardarlos.

Es entonces cuando Palote grita y el patio se ilumina con antorchas. Son sus
hombres, que rodean a Rubio, Barney y López. Asombroso. Ante esta demostración
de poderío, y como han capturado a Silva (que seguía al grupo a pesar de que Rubio
se lo había prohibido), nuestros hombres deben dejar las armas y volver por donde
vinieron, con una declaración en tono amenazante de Palote: “A partir de esta línea
es nuestro territorio, si la pasáis esto va a ser más que un malentendido”.

Así que regresan sin Byron, sin armas y humillados. De vuelta al campamento,
con un enfado monumental de Rubio con Silva, éste va rápidamente a hablar con
Cortez, el pitbull del grupo. Es entonces cuando, recordando su pasado de travesti
boxeador, le pregunta, “¿Cuánto crees que tardarías en entrenar a un ejército?”.